Hotel Cándido - Segovia

Muy cerca de Segovia y de la estación de AVE está el Hotel Cándido. A primera vista un hotel muy nuevo, con unas instalaciones buenas y en una situación muy apropiada para visitar la ciudad. Se puede llegar al centro de la ciudad en cinco minutos. Hay una para de autobús hacia la ciudad casi en la puerta. Un taxi desde prácticamente bajo el acueducto hasta el hotel sale económico y en muy poco tiempo podrás estar en el hotel. También comunicado por autobús desde la estación de AVE.

Este hotel con tan buenas condiciones tiene también unos puntos no tan positivos. El que más nos sorprendió es el trato del personal del hotel. Desde nuestro punto de vista debería ser muy importante atender bien a la clientela. Factor no tenido en cuenta en el establecimiento. Ejemplos son a la llegada no dar la bienvenida y hacernos espera sin una sola palabra durante bastantes minutos. O más de media hora para ofrecernos la cena el restaurante del hotel que tenía cualquier cosa menos problemas de saturación. Tampoco recibimos una respuesta atenta cuando preguntamos para visitar la ciudad.

Las instalaciones que señalábamos de manera positiva, también tienen su contra. Un SPA que tiene un jacuzzi que no funciona, una catarata estropeada y chorros de la piscina que tampoco hacían su función. La parte positiva es que nos lo advirtieron antes de entrar en las instalaciones.

Un detalle que si fue positivo era que la habitación tenía un minibar que siendo escaso estaba incluido en el precio de la habitación. La habitación era amplia y, como el resto del hotel, con una decoración preciosa.

Tiene piscina y zona ajardinada amplia y bien cuidada que hace muy agradable la estancia en temporada estival. Tumbonas, mesitas, sombrillas y toallas. Por si, como en nuestro caso se te olvidó meterla en el equipaje.

El desayuno también es muy completo. Creo que difícilmente faltará algo de lo que te apetezca comer. En un salón muy bien preparado y amplio. Como siempre tengo la pega del trato. No facilitar al cliente un sitio elegido por un motivo de poca importancia.

Un hotel con muy buenas condiciones que no dejan el buen recuerdo que podrían.